Casa Morales
En el barrio de Les Corts aún podemos encontrar edificios originales del pequeño municipio que, posteriormente, quedó absorbido por la ciudad de Barcelona. Incluso algunas de las calles de este barrio han conseguido mantener el carácter de un entorno construido menos ambicioso que el de la gran ciudad. Tal es el caso de la calle Morales, donde, a pesar de haber hincado el diente la nueva arquitectura, el aire que se respira es más acorde al de la original villa de Les Corts, que no al que se respira en cualquier calle resultado de la ampliación del tejido urbano de esa gran ciudad.
La voluntad del promotor era crear unas viviendas que respetaran en la medida de lo posible las bondades del lugar. Uno de los condicionantes a nivel urbanístico impuesto por el departamento de Patrimonio del ayuntamiento de Barcelona, resultó imprescindible para concebir este proyecto de manera distinta a como habitualmente se hace. El tener que mantener la fachada del número 34 por estar catalogada, nos llevó a mantener igualmente la fachada del número 32. De esta manera, conseguíamos evitar la nueva arquitectura, lo que hubiera supuesto una transformación del “paisaje” original. Esto nos llevó a plantear las viviendas, no según unidades desarrolladas por plantas compartiendo un núcleo de escaleras, sino viviendas desarrolladas en vertical como si se tratara de edificios unifamiliares entre medianeras con accesos independientes desde la calle. El programa es el de cualquier vivienda desarrollada en tres plantas.
Lo que añade valor a este proyecto es cómo el/los edificios respiran a través de las fachadas y de los patios que, aun siendo de muy reducidas dimensiones, dado que sólo aparecen a partir de la planta primera, son capaces de llevar la luz del sol a las zonas más internas del edificio. Las plantas bajas, destinadas a los espacios comunes, cocina, comedor y salón, carecen de tabiquería que interrumpa el espacio y quedan completamente abiertas a los jardines del patio interior de manzana.
El hecho más significativo del planteamiento inicial, el de conservar las fachadas originales, nos llevó a retrasar la fachada del nuevo edificio con respecto a la alineación de vial. El espacio entre la fachada original del número 32, un mero plano vertical, y la del nuevo edificio, se resuelve mediante un patio ajardinado.
Aun habiendo mantenido las fachadas, se consigue dar un respiro a la calle, en su sentido más urbano, con la aparición de un jardín en primera línea.
Año
- 2015
Localización
- Calle Morales 32-34, Barcelona
Superficie
- 450m²